Retomamos la publicación de textos de Los situacionistas de Mario Perniola (octava entrega).
Traducción: Álvaro García-OrmaecheaEntregas anteriores de Los situacionistas
La subjetividad radical situacionista
Vida y supervivencia
El desvío
La superación del arte
Hacia un cine situacionista
La última vanguardia del siglo XX
Los orígenes de la Internacional Situacionista
Licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.5 España
Se permite copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra, siempre que se reconozcan los créditos de la misma de la manera especificada por el autor o licenciador. No se puede utilizar esta obra con fines comerciales. No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de ésta. En cualquier uso o distribución de la obra se deberán establecer claramente los términos de esta licencia. Se podrá prescindir de cualquiera de estas condiciones siempre que se obtenga el permiso expreso del titular de los derechos de autor.
© de la presente edición: 2010 Ediciones Acuarela y Machado Grupo de Distribución, S.L.
La tercera dirección fundamental de las realizaciones de la IS es el escándalo. Ya en 1961 los situacionistas se proponían «lanzar contra este mundo escándalos más violentos y máscompletos, a partir de la libertad clandestina que se afirma un poco por todas partes bajo el pomposo edificio social del tiempo muerto». Consecuencia directa de esta pretensión fue el proyecto (nunca realizado) de ocupar los locales parisinos de la UNESCO. Pero la formulación más precisa del escándalo situacionista es obra de Vaneigem; éste, tras reconocer que en la IS existen virtualmente las condiciones para un poder concentrado antagonista al burgués, así como para una representación de la voluntad de las masas, escribe:
«Rechazamos tanto la concentración de un poder como el derecho de representar, con la conciencia de que nosotros adoptamos a partir de este instante la única actitud pública (ya que no podemos evitar el darnos a conocer, hasta cierto punto, de forma espectacular) que pueda dar a aquellos que se descubran en nuestras posiciones teóricas y prácticas el poder revolucionario, el poder sin mediaciones, el poder que contiene la acción directa de todos. La imagen-piloto sería la columna Durruti, que atravesaba ciudades y pueblos liquidando los elementos burgueses y dejando a los trabajadores la tarea de organizarse».
Emergen aquí claramente las características fundamentales del escándalo situacionista: éste consiste en tomar el poder para destruirlo, propagando entre tanto la crítica radical de todos los aspectos del viejo mundo. Los dos aspectos parecen indisolublemente unidos. En primer lugar, la acción no ha de ser un simple pretexto para hacer publicidad de la teoría revolucionaria, sino que tiene una dimensión ejemplar propia consistente en la auto-abolición del poder; en segundo lugar, el reconocimiento y la apropiación de la teoría crítica en su totalidad por parte de todos los organizadores del escándalo es una condición indispensable de su validez.
«Rechazamos tanto la concentración de un poder como el derecho de representar, con la conciencia de que nosotros adoptamos a partir de este instante la única actitud pública (ya que no podemos evitar el darnos a conocer, hasta cierto punto, de forma espectacular) que pueda dar a aquellos que se descubran en nuestras posiciones teóricas y prácticas el poder revolucionario, el poder sin mediaciones, el poder que contiene la acción directa de todos. La imagen-piloto sería la columna Durruti, que atravesaba ciudades y pueblos liquidando los elementos burgueses y dejando a los trabajadores la tarea de organizarse».
Emergen aquí claramente las características fundamentales del escándalo situacionista: éste consiste en tomar el poder para destruirlo, propagando entre tanto la crítica radical de todos los aspectos del viejo mundo. Los dos aspectos parecen indisolublemente unidos. En primer lugar, la acción no ha de ser un simple pretexto para hacer publicidad de la teoría revolucionaria, sino que tiene una dimensión ejemplar propia consistente en la auto-abolición del poder; en segundo lugar, el reconocimiento y la apropiación de la teoría crítica en su totalidad por parte de todos los organizadores del escándalo es una condición indispensable de su validez.
Traducción: Álvaro García-OrmaecheaEntregas anteriores de Los situacionistas
La subjetividad radical situacionista
Vida y supervivencia
El desvío
La superación del arte
Hacia un cine situacionista
La última vanguardia del siglo XX
Los orígenes de la Internacional Situacionista
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