- Poder, espectáculo, Imperio:
Tiqqun se esfuerza en analizar el poder, no tanto como la acción de un agente extranjero o un sujeto que nos hace frente, sino como un conjunto de relaciones en las que estamos involucrados. De ese modo redefinen y usan dos conceptos relevantes de la teoría crítica contemporánea: «espectáculo» (Guy Debord) e «Imperio» (Toni Negri).
«El espectáculo no es una cómoda síntesis del sistema de los mass-media. Consiste también en la crueldad con la que todo nos remite sin tregua a nuestra propia imagen. El Imperio no es una especie de entidad supra-terrestre, una conspiración planetaria de gobiernos, de redes financieras, de tecnócratas y de multinacionales. El Imperio está allí donde no pasa nada. En cualquier sitio donde esto funciona. Ahí donde reina la situación normal.» (Llamamiento; y otros fogonazos).
- Partido Imaginario:
Tiqqun llama así a la multiplicidad de prácticas, existencias y mundos dis-conformes. No se trata de una clase social ni de un segmento concreto de la sociedad, sino más bien de un movimiento difuso de deserción de las formas de vida y los papeles impuestos (jóvenes, obreros, mujeres, víctimas). El Partido Imaginario no plantea un antagonismo dialéctico o una relación de fuerzas clásica (clase contra clase), sino un movimiento de secesión creativa y separ/acción de la sociedad. La tarea política es articular esas deserciones heterogéneas en un plano de consistencia, sin totalizarlas ni unificarlas.
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