Historia e Importancia Auténtica de DADÁ

(Texto de Correo Dadá de Raoul Hausmann)

En la historia no ha habido más que dos caballos:
el caballo de Troya y el caballo dadá.
El primer caballo ayudó a destruir el feudalismo.
¡Oh, pobres y simpáticos Eneas y Héctor!
El segundo caballo ayudó a destruir la idea de Ciudad.
¡Oh, miserables cabezas serias de la civilización occidental!
Pero mientras que el caballo de Troya era de madera
y por la noche cagaba hombres-héroes,
¡el caballo dadá estaba vivo y eran los hombres
quienes lo habían parido a él!
¡Tremenda Historia la de parir un dadá,
que, además,
se extendió por todo el mundo y sólo dejó tras
su trasero un Mundo completamente DADÁ!
¡Oh, dadá, I dadá, U dadá, Eh dadá, Ah, DADÁ!
Se arrojaba por todas partes como un ferrocarril en un estruendo
que arrastraba
Arp-Pipi, Arp-Popo, Arp-Pipi, Arp-Popo, Arp-Pipi, Arp-Popo
Pipicabia-Popocabia, Pipicabia-Popocabia, Pipicabia-Popocabia
¡Mientras el Dadarp vaya en el blazer
Cualquier obra se declarará una Peste!
¡Viva el dadá blanco!

Ilustración: Iliazd, cartel para su conferencia en nombre de Degré 41, el 12 de mayo de 1922.

1 comentarios:

angola dijo...

Me ratifico en lo que digo en la entrada anterior. El dadaísmo como propuesta estética sigue teniendo validez suprema. Como programa político justo es que se le entierre adecuadamente. Dejemos que hablen los traductores, mientras no tengamos nada mejor que alegar.

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