

Pero el asunto es todavía más serio. Cuando Chesterton defiende el ron, defiende en realidad las tabernas, y cuando defiende las tabernas, defiende en realidad algo mucho más universal y razonable que el ecumenismo y el entendimiento entre culturas: defiende la sociabilidad. El ecumenismo separa a los hombres; las tabernas son los lugares comunes donde se encuentran. La taberna errante narra este conflicto "civilizacional" -como está en boga decir hoy- entre una cultura de vínculos y una cultura de místicos, entre la raza de los racimos y la raza de las esferas. En su Autobiografía, Chesterton advertía lúcidamente sobre el único destino que cabía esperar si los proscritos eran derrotados y se cerraban las tabernas: "se ciernen ya en el horizonte vastas plagas de esterilización o higiene social, aplicadas a todos y que nadie impone". Era 1934.
Lee el prólogo de Santiago Alba Rico
Reseñas, ecos:
- La taberna errante de Chesterton y otras resistencias contra la tiranía, en Barrapunto
- La taberna errante en solodelibros
- La taberna en Literatúrate
- Expendio: GK Chesterton y La Taberna Errante, en suRRuido
- La Taberna hecha realidad: un bar que rinde homenaje al libro en Lavapiés (Madrid),
- La Taberna en Oscarsenarcalis,
- "La rebelión del viejo navío", Amador Fernández-Savater,
- Videodebate: Chesterton. Nihilismo y revolución,