En el estudio de Winsbury vemos, entre otras muchas cosas, una literatura que entendía la "publicación" en primer lugar como un acto oral, una ceremonia colectiva en la que se compartía el texto con un público, y a partir de ahí la obra, dependiendo del interés que suscitara, circulaba de manera libre mediante copias y copias de copias sin que la "impresión" y distribución de libros (en formato de rollos de papiro) estuviera relacionada directamente con el modo de ganarse la vida de los autores u originadores de un texto.
Entre otras lecciones que podemos extraer de la forma de 'publicación' de la época romana está, como explica Richard M. Stallman en su historia del copyright, que "no había en la antigüedad una distinción total entre copiar un libro y escribir un libro":
"Entendían, sí, la idea de autor. Sabían, digamos, que tal obra había sido escrita por Sófocles, pero entre la escritura del libro y su copia había otras cosas útiles que podías hacer. Por ejemplo, podías copiar una parte de un libro, después añadir algunas palabras nuevas, copiar algo más y escribir algo más, y así. Esto se llamaba «escribir un comentario». Era algo muy común y estos comentarios eran apreciados. Podías también copiar un pasaje de un libro, después añadir algunas palabras y copiar un pasaje de otro libro y añadir más palabras, y así... y esto era hacer un compendio. Los compendios también eran muy útiles. Hay obras que se han perdido, pero algunas de sus partes sobrevivían citadas en otros libros que alcanzaban mayor popularidad que el original", diche Stallman.
Sobra decir que con esto no estamos haciendo un llamamiento a que todo creador se ponga una toga y escriba en papiro, pero lo que resulta obvio es que tanto los modos colectivos de producir cultura y conocimiento hoy, como los nuevos canales y recursos a nuestra disposición exigen una búsqueda valiente de un nuevo modelo de difusión del conocimiento, un modelo que no impida la libertad de compartir, copiar, redistribuir la creatividad, comentarla, y que no confunda a los creadores ni a la cultura con la industria.
Algunos fragmentos de The Roman Book:
"-Lanzamiento al domino público. [...] los procesos de distribución no dependían de editores, librerías y bibliotecas, sino del acto de sacar la nueva obra desde su espacio privado celosamente guardado hacia el dominio público donde podía ser distribuido por otros y pasaba de generación en generación, o no, gracias al método habitual de la copia (...). La distinción clave para un autor se daba entre una obra que todavía se mantenía en el ámbito privado y el momento en que se entregaba a la voluntad del destino en un mundo de distribución entre pares ["peer-to-peer" en el original], entre personas desconocidas, en lugares desconocidos".
"El proceso de composición, como muestra Plinio, se componía de varias fases:
Fase 1: el autor, tras haber pensado en la próxima parte de su nuevo texto dicta un primer borrador [...] Se trata del primer ensayo de la recitatio que vendrá posteriormente, la primera presentación oral del texto, de la cual el texto escrito será un registro. De esta manera, el autor del texto es un dictator, la persona que lo dicta. Se trata también de la fase en la que el autor puede indicar, de cara a la copia, los fragmentos de obras existentes que desea que se incorporen, reconocidos o no, al nuevo texto.
[...]
Fase 3: el primer borrador es enviado, de manera estrictamente privada, a uno o dos amigos para que realicen comentarios que se incorporan, o no, y se completa otro borrador que está casi listo para "salir al público".
Fase 4: Se organiza una recitatio para un público invitado [...]. En este acto se dan (o se esperan) reacciones y comentarios [...]
Fase 5: Cualquier comentario de la recitatio se incorpora, o no, y se crea un texto que en lo que toca a la aportación del autor es definitivo.
Fase 6: Se envía una copia del nuevo texto final [...] al dedicatario (a menudo había uno, pero no sabemos si siempre era el caso) y se manda también una copia a amigos que la pidieran. Este es el acto de la "editio", la distribución, momento a partir del cual la obra es abandonada por su autor a la suerte y peligros de la copia, y de las nuevas copias de la copia más allá del control del autor.
Fase 7-n: La fama, la moda, el azar, la indiferencia, la política, la guerra, los incendios, la religión, el tiempo y los editores modernos determinan el destino de la nueva obra."
"Tras la recitatio, el 'libro' estaba, en términos romanos, 'publicado'. Su futuro estaba en el regazo de los dioses, o más bien en el de los escribas. La gente seguía pidiendo copias o haciendo copias de la obra; o no. La gente guardaba copias; o no. La obra sobrevivía; o no. No había nada más que pudiera hacer el autor. No había copyright, ni cifras de ventas, ni pagos que calcular [...], sólo la incertidumbre inherente de las modas literarias [...]. El autor lograba fama y reputación en su vida, con esta u otras recitationes, o no. Podía recibir recompensas, en forma de estatus o dinero, de sus mecenas, si es que necesitaba recompensas o mecenas; o no.
"El plagio era una de las pesadillas para un autor romano, si es que se hacía lo suficientemente famoso como para ser objeto de plagio. El plagiario era un personaje habitual en la escena literaria. No era una cuestión de dinero o de ingresos perdidos, pues no había dinero en la 'publicación' en sí. Se trataba más bien de honor y reputación (perdida). [...] Pero hay que recordar que los autores romanos copiaban, extraían fragmentos y parafraseaban los textos de autores anteriores en formas que ahora no podemos detectar a menudo porque el original se ha perdido [...] De manera que la definición de plagio en el contexto romano era curiosamente distinta de la definición jurídica actual."
Hay un poema de Bukowski que también tira por los suelos ese argumento recurrente que citas al principio:
ResponderEliminaraire y luz y tiempo y espacio
(C. Bukowski)
ya sabes, la familia, el trabajo,
siempre ha habido algo
en mi camino
pero ahora
he vendido mi casa, he encontrado este
sitio, un estudio grande, tienes que ver qué espacio y
qué luz.
por primera vez en mi vida voy a tener un sitio y tiempo para
crear.
no, hijo, si vas a crear
crearás aunque trabajes
16 horas diarias en una mina de carbón
o
crearás en un cuarto pequeño con 3 niños
mientras que no cobras más que
el paro.
crearás como parte de tu mente y de tu
cuerpo
destrozados.
crearás ciego
mutilado
demente,
crearás con un gato subiéndote por la espalda mientras
la ciudad entera se estremece ante un terremoto, un bombardeo,
una inundación, un incendio.
hijo, aire y luz y tiempo y espacio
no tienen nada que ver con la creación y no crean nada
más que, quizás, una vida mas larga para
encontrar nuevas
excusas para no hacerlo.
Interesante tanto el post como la poesía de Bukowski. Va a ser difícil aplicar esta ley tan pobre.
ResponderEliminarSaludos
El copiryts es la industrialización del conocimiento y tiene sentido solo en la era industrial. Una era que toca a su fin. Llega la era del conocimiento y hay que encontrar otras maneras de ganarse la vida creando.
ResponderEliminarAquí os dejo el prólogo de una de mis novelas que salen a finales de febrero. En él explico como pienso ganarme la vida al mismo tiempo que lo pongo todo libre en la red. Ah, y si a alguien le interesa en el mismo blog están las tres novelas que he escrito, libres, y el audio de una de ellas.
www.vicensjordana.net
Hola Amador,
ResponderEliminarEl comunismo es una teoría agotada, la propiedad intelectual es igual de valida que la propiedad material, quizá un día llegue la revolución y espero que todo sea gratis no solo las creaciones artísticas. Tu padre te da una buena lección de ética hoy en El País.
No, otro @anónimo, no. Su padre no da lección ninguna. Intenta sentar cátedra, con otros argumentos, pero no lo consigue (a mi entender, se queda en el camino). Y menos de ética (¿es bueno y el hijo malo? ¿en serio?).
ResponderEliminarY por cierto, que cansino con lo gratix y la propiedad... Si tu tienes un disco es tuyo, y nadie te obliga a compartirlo (y menos por internet). Si una ceración ha salido de ti, es tuya, y nadie te podrá negar la autoría. Nada más ni nada menos.
El espectáculo sigue ladrando
¡Ay Vicens! Cuando la era del copyright llegue a su fin ¿cómo vas a hacer para imponer restricciones a los usos comerciales de tus obras? Si el copyright se inventó precisamente para eso.
ResponderEliminarGoyo, será que no hay licencias diferentes y no restrictivas. solo que el copyright está pensado para hacer de una creación una propiedad que se puede vender. Es por eso que los directores de películas americanas nunca son los dueños de sus películas sino que lo son las productoras. de allí que algunos hayan llegado a renegar de sus propias creaciones por lo que han hecho estas con ellas. todo el tinglado no se ha creado para defender al autor se ha creado para defender a la productora, no nos engañemos. y ahora son ellas las que están apretando para que la cosa no cambie.
ResponderEliminarEl copyright se pensó originalmente como un monopolio sobre (algunos de) los usos comerciales de obras, en particular la impresión de libros. Ese viene a ser el monopolio que tú quieres tener, ya que imprimir libros es bastante caro y normalmente no se hace si no es para venderlos. Después más gente ha pensado más cosas y hemos venido a esta situación que tú describes bien.
ResponderEliminarLas licencias son una forma de ejercer el copyright. Sin copyright las licencias no tienen ningún sentido. Si no hay copyright me da igual si el autor me da o no licencia para hacer algo con la obra ya que no necesito su permiso para hacerlo.
Para poder impedir que yo imprima tus novelas y venda los ejemplares necesitas el copyright y sin copyright no puedes impedirlo. Éste es el punto sobre el que quería llamar la atención, sin ninguna implicación sobre otros usos del copyright ni sobre quién sale beneficiado o perjudicado.
Goyo, http://es.creativecommons.org/ el copyright es una licencia legal igual que lo son otras muchas que hay en el mercado como las creativecommons. mis novelas y cuentos están bajo estas licencias y solo puedes hacer con ellas lo que yo te dejo. te las puedes copiar porque yo así lo he decidido, pero si intentas hacer dinero con ellas, yo te denuncio y tu acabas en los tribunales. Yo tengo la potestad de decidir que cedo y que no cedo. y lo más curioso del caso, es que en el fondo todas las obras tienen por ley permitido el derecho de copia privada.
ResponderEliminar"solo puedes hacer con ellas lo que yo te dejo"
ResponderEliminar"Yo tengo la potestad de decidir que cedo y que no cedo."
Por supuesto, Vicens (con las excepciones previstas en la ley como tú mismo indicas). Eso es lo que en inglés se llama copyright. Cuando la era del copyright llegue a su fin ya no tendrás esa potestad.
El copyright no es una licencia sino el conjunto de derechos exclusivos al que te refieres como tu potestad.
Infórmate mejor, el copyright es una licencia cerrada con unos derechos que son los que son y que tu no eliges. creativecommons son otras licencias diferentes, y hay más, y casi todas tienen un nombre en ingles.
ResponderEliminarClaro, hombre, lo que tú digas. Voy a informarme un poco.
ResponderEliminarhttp://wiki.creativecommons.org/FAQ
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