DRAMATIS PERSONAE de La revuelta del pueblo cucaracha

Atentos al espectacular elenco de personajes que aparecen en la novela autobiográfica La Revuelta del Pueblo Cucaracha de Óscar Zeta Acosta haciendo de sí mismos (menos en el caso de Hunter S. Thompson. En este caso, de igual manera que Thompson no revelaría que el abogado samoano de Miedo y asco en Las Vegas era en realidad Acosta, el chicano le devolvería la moneda a su compañero de correrías, tanto en este libro como en el otro (Autobiografía de un Búfalo Pardo) ocultando la identidad del periodista gonzo bajo el nombre de Stonewall).

DRAMATIS PERSONAE

Óscar Zeta Acosta, alias Búfalo Pardo, alias El Zeta
Hunter S. Thompson en el papel de Stonewall
Ángela Davis en el papel de Ángela Davis
Anthony Quinn en el papel de Anthony Quinn
César Chavez en el papel de César Chávez
Rodolfo "Corky" Gonzales en el papel de Rodolfo "Corky" Gonzales
Liberace en el papel de Liberace
Vicki Carr en el papel de Vicki Carr


"Como abogado tuyo te aconsejo..." (I)


Óscar Zeta Acosta
“Necesitarás mucho asesoramiento jurídico mientras esto dure. Y mi primer consejo es que alquiles un coche descapotable muy rápido y que salgas a toda prisa de Los Ángeles y no aparezcas en cuarenta y ocho horas por lo menos […] Con esto se va al carajo mi fin de semana, porque, naturalmente, tendré que ir contigo… y tendremos que armarnos”.

DR. GONZO (alias Óscar Zeta Acosta
en "Miedo y Asco en Las Vegas" de Hunter S. Thompson.



"El infame abogado chicano" y el origen de "Miedo y Asco en Las Vegas"

En su inédita introducción a "Miedo y Asco en Las Vegas: un viaje salvaje al corazón del sueño norteamericano", Hunter S. Thompson habla de cómo se originó esta obra en la época en que Óscar Zeta Acosta, "el infame abogado chicano", le llamó para cubrir los acontecimientos que sucedieron al asesinato del periodista Rubén Salazar a cargo del Departamento de policía de Los Ángeles (acontecimiento retratado por el propio Acosta en su novela "La Revuelta del Pueblo Cucaracha"). "Miedo y Asco en Las Vegas" fue editada en España por primera vez en Star Books (Barcelona) y hoy puede encontrarse en Anagrama.

Este texto inédito pertenece al libro "La gran caza del tiburón" de Hunter S. Thompson, publicado también por Anagrama, con traducción de J. M. Álvarez Flórez y Ángela Pérez. A continuación os ofrecemos los primeros párrafos:

"El libro comenzó como un epígrafe de 250 palabras para Sports Illustrated. Yo estaba en Los Ángeles, trabajando en una investigación muy enervante y muy deprimente sobre el asesinato pretendidamente accidental de un periodista llamado Rubén Salazar a cargo del Departamento del alguacil del Condado de Los Ángeles: y al cabo de una semana o así, aquella historia me convirtió en una pelota de nervios y de paranoia insomne (pensaba que el siguiente podía ser yo)... y necesitaba alguna excusa para abandonar el furioso torbellino de aquel reportaje e intentar sacar algo en limpio de él sin tener gente alrededor que me amenazase continuamente con una cuchillada.

Mi principal contacto con el asunto era el infame abogado chicano Óscar Acosta: un viejo amigo, que estaba sometido por entonces a una presión terrible por parte de sus electores supermilitantes, por el mero hecho de hablar con un periodista gringo/gabacho. La presión era tal, que me resultaba francamente imposible hablar a solas con Óscar. Nos rodeaba siempre una multitud de broncos luchadores callejeros a quienes no les importaba que yo supiera que no necesitaban excusas para hacerme picadillo de hamburguesa.

Así no se podía trabajar en un artículo tan explosivo y tan complejo, y una tarde cogí a Óscar en mi coche alquilado y me lo llevé al Hotel Beverly Hills (lejos de sus guardaespaldas, etc.) y le dije que tanta presión estaba poniéndome un poco nervioso; era como estar siempre en escena, o, quizás, en medio de un motín carcelario. Él estaba de acuerdo pero, debido a su posición de "dirigente de los militantes" no podía mostrarse claramente amistoso con un gabacho.

Yo entendía esto... y, justo por entonces, recordé que otro viejo amigo, que trabajaba para Sports Illustrated, me había preguntado si me apetecía ir a Las Vegas el fin de semana, con todo a su cargo, y escribir algo sobre una carrera de motos. Parecía una buena excusa para salir unos días de Los Ángeles, y, si llevaba conmigo a Óscar, tendríamos tiempo también para hablar y desenredar las diabólicas realidades de la historia del asesinato de Salazar.

Así que llamé a Sports Illustrated (desde el patio del Polo Lounge) y dije que estaba dispuesto a hacer "lo de Las Vegas". Dijeron que de acuerdo... y a partir de aquí no tiene sentido enumerar los detalles, porque están todos en el libro [...]".

Y claro, ya sabéis:

"Estábamos en algún lugar de Barstow, muy cerca del desierto, cuando empezaron a hacer efecto las drogas [...]".

Ilustración de Ralph Steadman (Hunter S. Thompson & Óscar Zeta Acosta).

Óscar Zeta Acosta: El último de los aztecas.

Bicheando por la red nos encontramos con este viejo artículo del escritor argentino Juan Forn en la versión web del diario Página 12 del 17 de diciembre de 2008 en el que aparte de comentar el vínculo Acosta-Ángela Davis-Abbie Hoffman, manifiesta la esperanza de que alguien traduzca algún día los dos libros de Acosta. Pues bien, más vale tarde que nunca: ¡Oído cocina! Ya está con nosotros La Revuelta del Pueblo Cucaracha, y el año que viene irrumpirá la Autobiografía del Búfalo Pardo.

Juan Forn
"Muchos lo conocieron con la cara (y la panza) de Benicio del Toro, en la película que hizo Terry Gilliam sobre Miedo y asco en Las Vegas. Pero su nombre en la vida real no era Dr Gonzo (“mi abogado samoano, ciento cincuenta kilos de gargantuesco apetito por cuantas bebidas, drogas y actividades peligrosas se hayan inventado en este planeta”) sino Óscar Zeta Acosta y, en su breve y rotunda trayectoria profesional, dejó unas cuantas evidencias de que existió, aunque parezca el mejor de los personajes inventados por Hunter Thompson (que no inventó un solo personaje en sus libros, salvo él mismo).

La leyenda dice que Thompson se proponía cubrir una carrera de motos en el desierto de Nevada para una revista deportiva “cuando los ácidos empezaron a hacerme efecto” y terminó inventando él solo la versión hardcore del Nuevo Periodismo, descontrolando Las Vegas con su “abogado samoano” y enviando a Rolling Stone, desde la habitación 1483 del Hotel Flamingo, un manojo de notas delirantes que se convertirían en “la más lúcida e insobornable necrológica de los años ’60” según Tom Wolfe.

Cuando Miedo y asco en Las Vegas apareció en dos entregas sucesivas de la Rolling Stone, ilustradas por el demente Ralph Steadman, muchos pensaron que lo de “abogado samoano de ciento cincuenta kilos” era una joda con la que Thompson retrataba en clave a su compañero de tropelías Steadman, legendariamente expulsado por borracho del periodismo inglés. Pocos repararon, unos meses después, cuando Rolling Stone publicó el siguiente trabajo de Thompson (“Strange Rumblings in Aztlán” sobre el asesinato del periodista chicano Rubén Salazar por la policía de Los Angeles durante los disturbios de agosto de 1970), que el activista que Thompson mencionaba en su nota como “el Malcolm X chicano” (según lo había definido el FBI), el hombre que se atrevía a desafiar en solitario a todo el poder californiano convocando a su colectividad a sumarse a las filas del Brown Power (“Poder Morocho”), era el mismo abogado samoano que tomaba ácidos como confites y proponía fornicar con todo el cuerpo de baile del Caesar’s Palace en Miedo y asco en Las Vegas.

Acosta estudió abogacía de noche, trabajó para la fiscalía de Oakland hasta que se cansó del maltrato a los chicanos, movilizó a su comunidad a participar en actos de desobediencia civil, compartió escenario con Angela Davis y Abbie Hoffman, escribió dos libros que fueron la piedra fundadora de un movimiento literario llamado indistintamente Chicanismo y La Raza, y desapareció de la faz de la tierra en 1974 (algunos dicen que eliminado por la CIA; se lo vio por última vez embarcando en una lancha en la costa mexicana). En una carta le había escrito a Thompson: “Yo uso la ley al límite de sus confines. Quizá esté forjando una nueva ley”. En Miedo y asco en Las Vegas, Thompson le hace decir: “Aquel capaz de hacer una bestia de sí mismo logra acallar el dolor de ser hombre”. Y lo convierte, en ése y varios libros más, en la Brigada Ligera que acude a rescatarlo de cuanto bardo se haya metido (“Hora de llamar a mi abogado samoano”).
Óscar Zeta Acosta

Muchos de los mantras-gonzo de Thompson son frases de Acosta, entre ellos el más famoso: “La mente es más poderosa que el cuerpo” (a repetir sin pausa en los momentos “verdaderamente críticos”). Aun así, siempre Thompson negó rotundamente que Acosta tuviera alguna influencia en la creación del Periodismo Gonzo (y después de la desaparición de Óscar Zeta dijo que “la única razón para describir a ese activista chicano de cien kilos como un descontrolado samoano de ciento cincuenta fue para protegerlo del sistema de Justicia y la policía californianos, que querían su cabeza a cualquier precio”).

Ojalá alguien traduzca algún día los libros de Acosta, especialmente Autobiography of a Brown Buffalo (el otro se llama The Revolt of the Cockroach People), donde hay una escena en que él y Thompson van buscando por el desierto aquella dichosa carrera de motos, en un descapotable, con una chica sentada en medio de los dos, y Thompson (The King, en el libro de Acosta) dice: “Esto tiene que estar lleno de esos caminos para burros que hacen ustedes”. Acosta contesta: “Y de restoranes donde servimos calentitos los gringos que cazamos por ahí”. El Rey dice: “¿Siguen practicando esos ritos, ustedes los aztecas?”. La chica mira a Acosta con los ojos como platos: “¿Usted es azteca?”. Y Óscar Zeta contesta: “Soy el último. Mi familia es todo lo que queda de los aztecas”.

Leer aquí la entrada original.

“Si la ciudadanía se reapropia de las aceras y las calles, la seguridad vendrá por añadidura”, entrevista con María Naredo



¿Qué es una ciudad segura? ¿De qué materiales está hecha una buena convivencia? ¿Quién nos protege? Para leer a propósito de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana

Esta entrevista de Amador Fernández-Savater con María Naredo, publicada el 23 de enero de 2010 en el diario Público, se incluye en Fuera de Lugar. Conversaciones entre crisis y transformación.  La ilustración es de Acacio Puig. 

María Naredo es jurista. Especializada en género y derechos humanos, fue responsable hasta 2006 del Área de Mujeres de Amnistía Internacional. Ha publicado diferentes trabajos sobre pobreza, criminalización y cárcel. En los últimos años ha realizado varias investigaciones sobre alternativas al concepto actual de seguridad.

Mi amigo Óscar hizo esta entrevista conmigo en la librería Traficantes de Sueños. 


¿Cuál es tu relación personal con la cuestión de la seguridad y el espacio urbano?
Yo estudié Derecho y al acabar la carrera pasé un año en Italia, más concretamente en Bolonia. Ese año trastocó todos mis conocimientos aprendidos sobre el tema. En concreto me puso en contacto, no sólo con el uso y la finalidad del Derecho como herramienta de poder y mantenimiento del statu quo, sino también con experiencias políticas de seguridad urbana contrarias a las hegemónicas, ensayos de repensar la seguridad urbana. Contacté con un grupo llamado “Bolonia, citta aperta” que hacía una serie de cursos, dirigidos a ayuntamientos y a personas que trabajaban en los municipios, tratando de repensar y replantear todo el tema de la seguridad en las ciudades. Luego, con el tiempo, he desarrollado un criterio diferente al que esta gente ensayaba, pero las bases del tema de la seguridad y mi inquietud por él aparecieron allí en Bolonia hace ahora once o doce años. En el año 96, muchas ciudades italianas tenían administración comunista (por ejemplo, Bolonia)

LA REVUELTA DEL PUEBLO CUCARACHA, de Óscar Zeta Acosta. (NOVEDAD EN ACUARELA LIBROS)



Óscar Zeta Acosta, alias Búfalo Pardo o “El Zeta”, es una de las figuras más enigmáticas y fascinantes de la historia chicana.

Su notoriedad como abogado y activista político la adquirió en el conflictivo barrio de East Los Ángeles entre los años 1968 y 1973, donde no tardó en darse a conocer como el principal portavoz del vertiginoso e incipiente movimiento del “Poder Pardo” que el departamento de policía de Los Ángeles llegaría a considerar aún más peligroso que el de los Panteras Negras.

Esta novela, considerada por la crítica como una de las obras fundamentales del renacimiento literario chicano, describe aquellos tiempos convulsos de desobediencia civil, protesta racial, brutalidad policial, anarquía, Vietnam y lucha por los derechos políticos de las cucarachas (imagen tras la que el autor identifica no sólo a los chicanos sino a cualquier otra minoría despreciada y vilipendiada por el sistema), lucha que Acosta, antihéroe empapado de anfetas y LSD, inestable y genial vagabundo que se unió a Hunter S. Thompson en su búsqueda del Sueño Americano, libró a muerte tanto desde la línea del frente en los tribunales como en las barricadas de las turbulentas calles de East LA.

Óscar Zeta Acosta (1935-?) es el legendario abogado chicano, activista político y escritor, Robin Hood de los mexicanoamericanos y Malcolm X hispano, inmortalizado por el genial Hunter S. Thompson en el personaje del abogado samoano, Dr. Gonzo, en su aclamada novela Miedo y Asco en Las Vegas (papel que interpretaría Benicio del Toro en la adaptación cinematográfica de Terry Gilliam).

Figura fundamental del Movimiento Chicano de finales de los sesenta y principios de los setenta fue autor de dos novelas de carácter autobiográfico, La autobiografía de un Búfalo Pardo (1972, que publicaremos el año que viene) y La revuelta del Pueblo Cucaracha (1973).

Nada se sabe del final de su vida: asesinato político o ejecución en manos de unos traficantes. Hay incluso quien aventura que sigue vivo en alguna isla perdida planeando la próxima revolución. Lo último que se supo de él fue que llamó por teléfono a su hijo Marco en mayo de 1974 desde Mazatlán, Sinaloa. Antes de colgar le dijo que estaba a punto de subirse en un barco lleno de nieve blanca.


Acosta ha sido representado dos veces en cine:


La primera, en la película de 1980 Where the Buffalo Roam (Donde vagan los búfalos), en la que se representa vagamente la vida de Acosta y su relación con Hunter S. Thompson, y que toma su nombre del obituario de Acosta escrito por Thompson, que de hecho es una referencia al libro de Acosta Autobiografía de un Búfalo Pardo. Peter Boyle hizo el papel de Acosta. Bill Murray representó a Thompson
 


Y la segunda, la película de 1998 Miedo y asco en Las Vegas, adaptación de la novela homónima de Thompson, que cuenta el viaje que ambos hicieron a Las Vegas en 1971. Benicio del Toro representó a Acosta, llamado tanto en el filme como en el libro "Dr. Gonzo", y Johnny Depp hizo el papel de Thompson (bajo el alias de "Raoul Duke").


Benicio del Toro en el papel de Óscar Zeta Acosta, en la película "Miedo y Asco en Las Vegas", de Terry Gilliam.